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Es la conversación que ningún padre quiere tener. Pero aún así, en el mundo de hoy, los padres continúan enfrentando la agonizante tarea de explicar la violencia y la tragedia a los niños.
Cuando ocurren tiroteos escolares, las conversaciones entre los padres/cuidadores y los niños son críticas. Si los adultos no inician la conversación, los niños escucharán los detalles en el patio de recreo, de las noticias que se escuchan en el fondo, en sus lugares de adoración, en su programa después de la escuela o en innumerables otros lugares donde ocurren estas conversaciones. Y esos detalles a menudo pueden ser limitados, o simplemente incorrectos. Es importante darles a los niños los hechos reales y el espacio para procesar sus emociones.
Los tiroteos escolares son una conversación especialmente difícil de tener con los niños porque les pega muy cerca de casa. Van a la escuela, practican simulaciones de tirador activo, a todos les han enseñado qué hacer si alguien con un arma ingresa a su escuela, y todos lo han pensado. Entonces, cuando sucede, incluso a cientos o miles de millas de su casa, a menudo pueden verlo en su mente y crear una imagen de la escena. Comprender este contexto es importante para los padres y cuidadores que están trabajando para procesar esto con los niños.
Lo que sigue es una guía paso a paso para tener esta difícil conversación. Siempre confíe en sus instintos cuando se trata de niños y permita que el niño tome la iniciativa.
Paso Uno: Regularte a ti mismo
Todos nosotros pasamos por muchas emociones después de los tiroteos escolares, ya sea cerca de casa o en todo el país: dolor, ira, tristeza, angustia y más. Pero los padres/cuidadores también están acumulando miedo y ansiedad al enviar a los niños de regreso a la escuela, preocupación por la seguridad e incluso niveles elevados de todas esas otras emociones. Esto es normal. Todos deberíamos sentirnos así después de una tragedia. En la medida de lo posible, debemos tratar de regularnos antes de tener una conversación.
¿Qué significa eso? ¡Esto no quiere decir que no podamos mostrar emoción! Es perfectamente razonable que los niños vean llorar a un adulto mientras hablan de un tiroteo en la escuela, pero queremos crear un espacio para que el niño dirija la conversación y se sienta reconfortado y apoyado por el adulto. Estar tranquilo y regulado es importante.
Respire hondo. Encuentre un lugar cómodo para sentarse. Considere sostener algo en sus manos y plante sus pies firmemente en el suelo para estar en la tierra físicamente. Estas cosas pueden parecer triviales, pero centrarse en su propia regulación física lo preparará para una conversación más regulada.
Paso Dos: Pregúnte lo que ya saben.
Esto puede sonar como: "Algo grande sucedió esta semana en una escuela en _____. ¿Has oído algo al respecto? ¿Qué escuchaste?"
Este paso es importante porque los niños a menudo tienen desinformación. Un niño puede haber escuchado los hechos verdaderos, pero puede haber escuchado información tremendamente inexacta. La conversación en el patio de recreo puede ser como ese viejo juego de teléfono donde, para cuando el último niño recibe el mensaje, puede estar completamente distorsionado.
Paso Tres: Declarar hechos y omitir detalles violentos
Comience solo con los hechos. En el caso de un tiroteo en una escuela, podría decir algo como: "Esta semana, en _______, alguien trajo un arma a una escuela y mucha gente murió".
No comparta detalles de la violencia. Cualquier cosa gráfica puede ser muy perturbadora para los niños, especialmente aquellos que son muy visuales. En su lugar, mantenga los hechos de alto nivel y pase por alto cualquier detalle gráfico.
Paso Cuatro: Verifique si hay sentimientos
Después de exponer los hechos, puede preguntarle a su hijo: "¿Cómo se siente?"
Entonces puedes validar el sentimiento del niño. Por ejemplo, si un niño dice: "Me siento triste", usted podría decir: "Esto es muy trágico. También me siento muy triste por eso". Si dice: "Me siento asustado", podría decir usted: "Lo entiendo. Yo también siento miedo".
Algunos niños pueden decir que están bien o no responder en absoluto. Esto es perfectamente razonable. No todos los niños procesan sus emociones inmediatamente. Si un niño no muestra mucha emoción, eso no es necesariamente motivo de preocupación. Si un niño no responde, usted puede decir: "Es posible que tenga algunas preguntas o emociones más adelante. Estoy aquí para hablar de ello en cualquier momento".
Paso Cinco: Reiterar la seguridad
La primera pregunta que muchos niños tendrán es: "¿Me pasará algo así?" Puede estar listo para esa conversación reiterando todas las formas en que nosotros, como adultos, trabajamos para mantener a los niños seguros. Esto podría sonar como: "Sé que es muy difícil escuchar sobre un tiroteo en una escuela. Solo quiero recordarte todas las formas en que trabajamos para mantenerte seguro en la escuela. En tu escuela, recuerda que las puertas están cerradas con llave a menos que alguien en la recepción lo deje entrar. Además, ¿recuerdas cómo practicas los ejercicios, para saber qué hacer en caso de que algo como esto suceda? Nunca podremos saber cuándo o si algo como esto puede suceder, pero puedo decirte que hay tantos adultos en tu vida que se preocupan por ti y están haciendo todo lo posible para asegurarse de que estés a salvo".
Paso Seis: Abrir para preguntas
Cree un espacio para que los niños hagan cualquier pregunta que puedan tener. A veces las preguntas serán sobre el motivo ("¿Por qué lo hicieron?") o sobre la seguridad ("¿Cómo llegaron a la escuela? ¿Podrían entrar a mi escuela así?") o sobre detalles ("¿Dispararon a los niños?").
Responda a las preguntas de la manera más general posible, sin dejar de proporcionar consuelo. Una vez más, los niños no necesitan saber detalles violentos, incluso si preguntan. En su lugar, concéntrese en respuestas generales que conduzcan a una sensación de consuelo. Por ejemplo, si un niño pregunta: "¿Les dispararon a los niños?" Usted puede responder: "Sí, los niños murieron". Esta es una respuesta honesta, pero no gráfica.
Enviamos nuestro apoyo a todos los que navegan por estas difíciles conversaciones, con la esperanza de un mundo más pacífico para todos.
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